El campo formativo de De lo humano y lo comunitario tiene como objetivo fomentar en los estudiantes una comprensión profunda de las relaciones interpersonales, la importancia de la identidad personal y colectiva, así como el valor de la participación activa en la comunidad. En el contexto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), este campo busca fortalecer el sentido de pertenencia, la empatía, la cooperación y el respeto por la diversidad, promoviendo una educación que forme individuos capaces de convivir de manera armónica y contribuir al bienestar de su comunidad.
Este campo formativo aborda el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, fundamentales para la formación integral de los estudiantes. Los alumnos aprenden a reconocer sus emociones, a expresar sus sentimientos de manera asertiva y a establecer relaciones basadas en el respeto y la cooperación. Además, se promueve la reflexión sobre la identidad, tanto individual como colectiva, ayudando a los estudiantes a comprender su papel dentro de su comunidad y la importancia de contribuir de manera positiva a su entorno.
Una característica importante del enfoque de De lo humano y lo comunitario es la contextualización del aprendizaje. Las actividades deben estar diseñadas para que los estudiantes se relacionen con su contexto inmediato, comprendiendo cómo sus acciones y actitudes impactan en los demás y en la comunidad en la que viven. Por ejemplo, se pueden realizar actividades en las que los estudiantes investiguen y analicen la historia de su comunidad, identifiquen los valores que la caracterizan y reflexionen sobre cómo esos valores influyen en sus propias vidas. Estas actividades permiten que los alumnos desarrollen un sentido de pertenencia y valoren la diversidad cultural y social de su entorno.
El campo de De lo humano y lo comunitario también fomenta el desarrollo de competencias para la participación ciudadana. Los estudiantes son motivados a involucrarse en actividades que promuevan el bienestar común, tales como proyectos comunitarios, campañas de solidaridad o actividades de cuidado del entorno. Estas experiencias les permiten desarrollar habilidades como el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la toma de decisiones colectivas, contribuyendo así a su formación como ciudadanos responsables y comprometidos.
Para los docentes, el reto en el campo formativo de De lo humano y lo comunitario es diseñar ambientes de aprendizaje que favorezcan la convivencia y la cooperación, así como actividades que fomenten el diálogo, la empatía y el respeto mutuo. Los maestros deben facilitar situaciones en las que los estudiantes puedan reflexionar sobre sus propias acciones y aprender a convivir de manera respetuosa y colaborativa. Una buena práctica es la realización de círculos de diálogo, donde los estudiantes puedan compartir sus experiencias y opiniones, escuchando y valorando las perspectivas de sus compañeros.
La evaluación en el campo de De lo humano y lo comunitario debe ser formativa y continua, enfocándose en el desarrollo de competencias relacionadas con la convivencia, la empatía y la participación en la comunidad. Los maestros pueden utilizar herramientas como observaciones en el aula, registros anecdóticos y actividades de reflexión para valorar el avance de los estudiantes. Es importante que la evaluación se enfoque no solo en los conocimientos adquiridos, sino también en las actitudes y habilidades desarrolladas para la convivencia y la participación activa en el entorno comunitario.
En conclusión, el campo formativo de De lo humano y lo comunitario es esencial para el desarrollo integral de los estudiantes, ya que les proporciona las herramientas necesarias para construir relaciones significativas, participar activamente en su comunidad y comprender la importancia del respeto y la cooperación. A través de un enfoque contextualizado y orientado a la acción, los docentes pueden promover el desarrollo de competencias y valores que sean significativos para la vida de los estudiantes, ayudándoles a ser ciudadanos comprometidos y conscientes de su papel en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. El reto es garantizar que todos los alumnos tengan la oportunidad de desarrollar estas habilidades en un ambiente de respeto, colaboración y responsabilidad compartida.